El humor y la risa también curan

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Hijo, nunca subestimes el poder de la risa.
Hay días donde un buen chiste o una situación absurda pueden aliviar más que mil consejos.

La comedia no es fácil: requiere arriesgarse, abrirse, compartir el momento.
Pero cuando dos personas ríen juntas, algo se suelta.
La tensión se disuelve, el corazón se relaja y los vínculos se hacen más ligeros.

Busca siempre espacios para reír con los demás.
No todo tiene que ser serio para ser profundo.

Te quiero hijo. Por siempre.
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