El mundo es un puente estrecho

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Hijo, la vida es como un puente estrecho.
No tiene barandillas, no siempre es cómodo, y a veces sientes que cualquier paso en falso puede hacerte caer.

Cuando te concentras en lo que hay abajo —los problemas, las dudas, los miedos—, tu cuerpo se tensa, la mente se bloquea y el miedo puede detenerte.
Dejas de caminar.

Pero si levantas la mirada y miras al frente, el puente se convierte en camino.
Lo importante no es lo que hay abajo, sino hacia dónde vas.
Lo que te mantiene en movimiento no es la ausencia de miedo, sino tu decisión de avanzar pese a él.

Así que cuando sientas vértigo en la vida, no te quedes mirando al vacío.
Mira adelante, da un paso, y luego otro.
Ese es el secreto para cruzar cualquier puente.

Te quiero hijo. Por siempre.
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