Estar tranquilo no es lo mismo que estar parado

El texto dentro de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse

Hola cariño, soy papá

hay una calma que no viene del sofá, ni del móvil, ni de que todo vaya bien.
Es una calma que aparece cuando agradeces.
Cuando dejas de mirar lo que te falta
y empiezas a ver lo que sí hay.

Tenemos agua caliente.
Luz al encender un botón.
Música en el bolsillo.
Una cama, una comida, un abrazo.

¿Sabes que vives en el mejor momento de toda la historia?
Literalmente.

Miles de generaciones soñaron con lo que ahora das por hecho.

Y cuando te das cuenta de eso, pasa algo curioso:
quieres ayudar.
No porque te sientas culpable, sino porque estás lleno.
Y cuando uno está lleno, rebosa.

Así que no te avergüences de tu bienestar.
Usa tu calma, tu suerte y tu gratitud…
para empujar a otros un poquito más arriba.

Te quiero hijo. Por siempre.
Scroll al inicio