El texto dentro de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse
Cuando solo haces lo que ya sabes que funciona, tu mundo se encoge. Te vuelves predecible. Seguro, sí. Pero limitado. Rehén de lo comprobado. La fe —la verdadera fe— no es religiosa. Es confianza en el proceso. En invertir tiempo, energía, corazón… En algo que aún no tiene garantías. Cuando pruebas algo nuevo, no estás siendo irracional. Estás reconociendo que no todo se puede demostrar antes de hacerlo. Que para crecer, a veces, primero hay que creer. Y luego, actuar. Sin fe, solo repites. Con fe, te abres a lo que podrías llegar a ser.