Hola cariño, soy papá
Hoy te quiero contar algo de lo que me dí cuenta un día que sufrimos un retraso en el AVE, por si te vale.
Primero te cuento la situación y luego por lo que pasé.
El caso es que nos íbamos de viaje, y ya estábamos dentro del AVE.
Normalmente es muy puntual
Pero ese día no
Pasaban los minutos y eso no se movía
5,10,15,20,25, 30 y nada.
Eso no se movía
Lo que había empezado como una ligera impaciencia en el vagón ya estaba desencadenando enfado, quejas y amenazas.
¿qué sucedió realmente?
Bueno, teníamos unas expectativas muy claras.
Salir a tal hora, llegar a tal hora.
Y teníamos unos planes muy rígidos
Pero la realidad fue otra
Muy distinta
Y como nuestras expectativas y la realidad eran incompatibles
Pues aparecen los estados aflictivos
¿qué se puede hacer?
Bueno, yo te puedo decir lo que yo aproveché para hacer
Por un lado trabajar la paciencia
Es decir
No hay nada que yo pueda hacer para que ese tren salga
Solo cabe esperar
Pues espero
Además que estoy bien calentito y sentado, podría ser mucho peor
Y por otro la empatía
Sobre todo con las azafatas
Porque tela
Que vamos muy de civilizados y éticos y tal
Pero cuando se da una situación así parece que son tu peor enemigo
Te quiero hijo. Por siempre.