Hola cariño, soy papá
Es curioso cómo, a veces, dos frases que vienen a decir lo mismo, se perciben de forma completamente distinta.
Quiero decir, dices una y la lías, pero si dices la otra todo bien.
Por ejemplo, cuando viene alguien de visita, no es lo mismo preguntar
¿cuándo te vas? En vez de ¿hasta qué hora te quedas?
Aunque la finalidad es la misma.
Con una parece que te molestan que estén aquí y los quieres echar
Y con la otra pues eres un ser de pura cortesía
Y ya, el que sí que nunca llegué a pensar es el de:
¿me entiendes?
Donde la otra parte oirá… ¿me estás entendiendo, pedazo de burro?
Frente a ¿me explico?
Que es más bien “es que soy un poco torpe y no sé si me he explicado bien”
Y si no me crees pues mira a ver cómo te sientes cuando alguien te diga ¿me entiendes? Que te suele entrar una ligera impaciencia (al menos a mí) y acabas contestando sí, sí, en plan que sí cansino
A cuando te dicen ¿me he explicado? Donde corres a auxiliar al otro y decirle sí, sí, no te preocupes que lo has hecho bien
Te quiero hijo. Por siempre.