Hola cariño, soy papá
Hoy te quiero hablar de algo por lo que todos, en algún momento, pasamos, y es el síndrome del impostor.
Ese momento en el que dudas de ti mismo.
Cuando no eres capaz de evaluar de manera realista tus propias habilidades y competencias.
Cuando Atribuyes tu éxito a factores externos, como la suerte.
Esos días que sientes que no lo mereces …
Esos momentos que nadie quiere tener, que todos huyen.
Pues yo te los deseo.
Ojalá los tengas a menudo y ojalá tengas muchos.
Y ojalá los busques y los desees.
Porque significará que te pude enseñar algo.
Atiende, antes de que pienses que ya chocheo…
Te quiero hablar de las tres fases que pasarás cuando estés aprendiendo algo y cómo todo está relacionado.
La primera fase es de las más bonitas, la fase del motivao.
Esta fase la suele pasar la mayoría de la gente.
Y es cuando decides que quieres aprender algo.
Em esta fase no eres capaz de hacer lo que se te pide y además muchas veces no eres capaz ni de entender lo que se te pide.
¿Lo bueno? Esta fase la das por hecho.
Es decir.
Cuando empiezas a aprender algo, das por hecho que te va a costar al principio, que no vas a tener ni idea, y que la vas a liar.
Das por hecho que te va a costar tiempo, frustración y energía.
Lo tienes completamente asumido.
Es una fase que te llevará más o menos tiempo, pero sabes que es imposible avanzar sin ella.
Mañana la fase dos.
Si en la fase uno pasan el 99% de las personas
En la fase dos se quedan el 99% de las personas… La fase de la meseta.
Te quiero hijo. Por siempre.
Ojalá tengas el síndrome del impostor durante toda tu vida y por qué (parte 2 de 3)
Hola cariño, soy papá
Hoy seguimos con la segunda fase de todo proceso de aprendizaje…
… la meseta.
Aquí es donde el 99% de las historias acaban.
Me ha pasado a mí, a tus amigos, a tu madre…
A todo el mundo.
Y también te pasará a ti.
En esta fase entiendes lo que deberías estar haciendo pero no te sale.
Entiendes, pero no eres capaz.
¿Y qué falta?
Continuar.
Si te encuentras mucho en esta situación pues suele ser por dos motivos.
(Si conoces alguno más dímelo)
O porque te falta persistencia.
O porque te apuntas a todo.
Y ambas son igual de malas.
Así que antes de empezar con algo, piensa lo que vas a tener que dedicarle
Y las excusas que te vas a poner.
Mañana, la última fase y los dos tipos de personas en los que te puedes convertir.
Te quiero hijo. Por siempre.
Ojalá tengas el síndrome del impostor durante toda tu vida y por qué (parte 3 de 3)
Hola cariño, soy papá
Hoy nos toca la última fase.
La fase de unos pocos elegidos.
A la que llegan pocas personas.
Y que aún menos entienden.
En esta fase, por fin entiendes lo que tienes que hacer y lo vas consiguiendo.
Por fin pensarás
Pues no.
Porque aquí puedes aparecen dos tipos de personas.
Las que piensan que solo hay tres fases.
Que una vez que has llegado aquí ya está.
Ya lo sabes
Y dejan de aprender.
Los reconocerás rápidamente porque lo saben todo.
Y te darán consejos, muchos consejos.
Consejos que no has pedido.
Ese es un tipo de persona
Y los otros son los llamados a la grandeza
Los que entienden que el aprendizaje no es una línea recta, es un círculo.
Los que repiten y repiten una y otra vez vuelven a la fase 1
Porque descubren nuevos matices.
Nuevas formas que antes no habían visto.
¿Alguna vez te ha pasado con un libro o una película que la has visto y te ha encantado pero luego, con el tiempo no?
¿O al revés, que no lo entendiste y a la segunda o tercera vez sí?
¿O que viste detalles o aprendiste cosas que no viste la primera vez?
Toda tu vida estará llena de altibajos.
Hay días que te salen las cosas bien.
Otros que ni fu ni fa.
Y otros que parece que no entiendes nada.
Pues justo estos días, en los que no entiendes nada, son los que te dicen que estás avanzando más rápido de lo que estás asimilando.
Aquí aparecerá tu miedo.
Tus ganas de dejarlo.
De tirar la toalla.
Y es aquí, donde a base de insistir, continuarás con el círculo.
Así que sí, te deseo que constantemente te sientas así
Y te deseo que tengas el coraje de seguir porque solo así encontrarás la maestría.
Te quiero hijo. Por siempre.