¿Y si disfrutar solo no fuera una amenaza?

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Hola cariño, soy papá

Estás fuera, comiendo algo rico.
Le escribes a tu pareja, compartes el momento.
Y te responde con un tono disfrazado:
“Cómo te estás poniendo, ¿eh?”
O
“Veo que te lo estás pasando bien…”

Y lo dice con sonrisa.
Pero algo duele.

Como si disfrutar sin el otro
fuese una traición.
Como si el placer fuera exclusivo.
Como si no se pudiera estar bien…
si no es juntos.

Pero no es así.

Poder estar bien a solas
es una muestra de salud,
no de distancia.

Porque cuando uno sabe disfrutar de su tiempo,
cuidarse,
sentirse pleno sin depender del otro…
entonces sí puede compartir,
no exigir.

Disfrutar solo no es excluir.
Es sumar.

Y quien lo entienda,
te acompañará desde la libertad,
no desde el control.


Te quiero hijo. Por siempre.
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