Aquí es donde me equivoqué

Hola cariño, soy papá

Con esa simple frase es donde empieza el cambio

El problema de preguntarse algo así es que tienes que querer responder de verdad. 

Y el problema al hacerlo es que no te gustará la respuesta. 

Cuando discutes con alguien, quieres llevar la razón 

Y quieres que la otra persona esté equivocada. 

Para eso discutes

Y lo quieres así porque así es ella quien tiene que sacrificar algo 

Es la otra persona la que tiene que cambiar y no tú 

Y eso resulta más deseable. 

Porque la alternativa; si eres tú quien está equivocado y tienes que cambiar implica tener que cuestionarse a uno mismo

Cuestionarte tus recuerdos

Tu manera de ser en el presente 

y cuestionarte tus planes para el futuro. 

Y entonces tienes que tomar la determinación de mejorar 

Y averiguar cómo puedes hacerlo. 

Y después tienes que hacerlo. 

Y esto es agotador. 

Requiere muchísima energía

Requiere encontrar ejemplos de las nuevas percepciones

Requiere pasar a la acción

Requiere  convertir las nuevas acciones en costumbres. 

Resulta mucho más fácil no darse cuenta ni admitir ni implicarse. 

Resulta más fácil apartar la mirada de la verdad y permanecer voluntariamente ciego. 

Y es justo en ese instante cuando tienes que decidir si quieres llevar razón o quieres estar en paz. 

Si insistir en lo absolutamente correcto de tu opinión o bien escuchar y negociar. 

Porque si tú llevas la razón, a la otra le toca estar equivocada 

Es decir

Derrotada y equivocada

Y el cambio empieza diciendo esta simple frase: Aquí es donde me equivoqué…

Te quiero hijo. Por siempre.

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