Cuando algo se rompe, repara antes de reemplazar

El texto dentro de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse

Hace poco se rompió una silla en casa.
Lo fácil hubiera sido tirarla y comprar otra.
Pero la lijé y la pegué.
Arreglada.

Y pensé:
hacemos lo contrario con las personas,
con las relaciones, con los compromisos.
Cuando algo se agrieta, lo damos por perdido.

Pero lo que se repara con paciencia se vuelve más fuerte.
Las cicatrices no debilitan, sellan.

No huyas de lo que se rompe, hijo.
Aprende a reparar.
Ahí es donde se forja el carácter.

Te quiero hijo. Por siempre.
Scroll al inicio