El texto dentro de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse
Hola cariño, soy papá Si algo me ha enseñado la paternidad, es a no juzgar a otros padres. Antes era fácil. Miraba desde fuera, con teorías, libros y opiniones. Veía a un padre gritar y pensaba: "Yo jamás haría eso". Veía a una madre rendida en un parque, y decía: "Falta de paciencia". Y entonces te tuve a ti. Porque cuando vives las noches sin dormir, los días que se desbordan, los miedos que no sabías que tenías, la culpa que aparece sin que nadie la llame… Empiezas a entender. Que todo el mundo hace lo que puede con lo que tiene. Que nadie sabe el mundo que está cargando el otro. Las preocupaciones que esconde. Los límites que ya cruzó mil veces. Y entonces ves a ese padre gritar… y no piensas “qué mal lo hace”. Piensas: “Espero que esté bien”. O al menos: “Sé lo que es sentirse desbordado”. Paternidad también es esto: dejar de mirar desde arriba, y empezar a mirar con compasión. Porque nadie lo está haciendo perfecto. Y casi todos… lo estamos intentando con todo el corazón. Te quiero hijo. Por siempre.