Hola cariño, soy papá
Hoy quiero compartir contigo una historia real de cómo decir no atrae, por si te puede servir.
El otro día estaba tu madre con un amigo suyo tomando café en una cafetería.
Ambos son gestores patrimoniales (o algo así)
Ya sabes, de esa gente a la que le va gente que tiene dinero para invertir en un piso para rentabilizarlo.
El caso es que, en un determinado momento, entró a la cafetería uno que trabajaba en una inmobiliaria y le dijeron:
-“Hey, tú trabajas en la inmobiliaria, ¿verdad?”
-Sí
-Somos asesores inmobiliarios, ¿qué tienes para nosotros?
-¡Muchas cosas! Y el chico se acercó y empezó a decirle pues tengo este en tal sitio a tanto, y los dos: que no, que somos inversores, eso está muy caro.
Y así con todos, al final se quedaron su tarjeta y que ya hablarían
Hasta aquí nada raro, ¿verdad?
Pues atiende que ahora viene lo importante
Cuando el chaval de la inmobiliaria se fue, se acercó otro cliente de la cafetería y les dijo:
“Perdonad, que os he oído hablar, yo quiero vender el piso de mi madre que está en ….”
Bueno
El caso es que me comentó esto tu madre como curiosidad
Porque el del piso, en vez de hablar con el de la inmobiliaria, que sería lo más lógico, optó por hablar con ellos.
Yo no le di importancia en ese momento, pero luego caí
Y es que, si lo piensas, sucedió lo más lógico.
Analiza lo que pasó
Por un lado, tu madre y su amigo, que se posicionaron como agentes con autoridad.
Es decir
Oye, somos esto, ¿qué tienes para nosotros?
Por otro el de la inmobiliaria, donde el pobre vio una oportunidad y se lanzó mostrando necesidad. Tengo de todo, tengo esto, tengo lo otro
Y por otro, otra vez tu madre y su amigo mostrando cero necesidad, no, esto no, no este tampoco, no, este es muy caro
Entonces, si tú fueses el que está escuchando, ¿con quién querrías hablar?
Coñe, pues con el que entiende y va sobrao.
A esta parte, también le he dado vueltas, porque me parece interesante.
El caso es, cómo demostrar autoridad sin parecer un chulo y cómo no mostrar necesidad cuando la tienes.
Y esto es lo que se me ha ocurrido.
(por supuesto que habrá mil formas diferentes y mejores que hacerlo, pero cada uno hace lo que puede con lo que tiene)
Al empezar con:
-“Hey, tú trabajas en la inmobiliaria, ¿verdad?”
-Sí
-Somos asesores inmobiliarios, ¿qué tienes para nosotros?
Aquí tienes que preguntar sí o sí
Tienes que entender qué quieren, qué les motiva
Y diciendo la verdad y siendo sincero.
Por ejemplo
¿Y qué buscáis exactamente? ¿Por Valencia o también os vale por alrededores?¿a partir de cuántas habitaciones?¿vuestros clientes pagan al contado o tienen hipoteca preconcebida?¿a partir de qué precio?
Las preguntas necesarias para comprender exactamente qué quieren
Preguntas abiertas preferiblemetne, que no respondan sí o no
Y una vez sepas qué quieren realmente puede pasar dos cosas
Que lo tengas o que no lo tengas
Si no lo tienes pues se lo dices y te quedas con sus contactos
¿y si lo tienes?¿sabes qué diría la mayoría?
Tengo justo lo que necesitas, aquí en tal barrio con tal tal tal tal tal
¿Sabes qué diría yo?
Tengo algo que os podría valer, está en tal sitio, tiene esto, tiene aquello mmmm bueno, ahora que lo pienso mejor, creo que no, que no os vale, porque tiene esto malo, y esto otro malo
¿Y sabes por qué lo diría así?
Porque cuando tú entiendes realmente lo que quieren y lo tienes.
Y se lo enseñas
Y luego le dices que no
Que no les vale
Que su caso es distinto
Y les dices las cosas malas que tienen
Son ellos y no tú los que se convencen
No tienes que convencerlos
Ellos solitos buscarán razones
Porque lo que salga de tu boca no es creíble
Pero si sale de la suya sí
Te quiero hijo. Por siempre.