Hola cariño, soy papá
Hoy te traigo una historia muy sencilla de la que podrás sacar alguna que otra reflexión.
Estaba un chacal hambriento paseando cerca de la orilla del río.
Buscaba alguna presa fácil que echarse a la boca
No sospechaba que había un cocodrilo acechándolo a él, por si se metía al agua.
El caso es que, cansado de esperar, el cocodrilo salió del agua y decidió esperarlo en su madriguera.
Al volver a su madriguera, el chacal se dió cuenta que algo se había metido dentro y la taponó, dejando atrapado al cocodrilo.
De aquí, como siempre, se pueden sacar muchas reflexiones.
Estate atento a todo, como el chacal que se dió cuenta de que algo se había metido.
No subestimes a los demás por considerarlos más pequeños y débiles, como hizo el cocodrilo.
Lo malo de la obsesión, a veces, dejar ir y saber cuándo retirarse es tan importante como perseguir un objetivo.
Y que alejarse demasiado de nuestras áreas de conocimiento o confort puede exponernos a riesgos y desafíos para los cuales no estamos preparados, como cuando el cocodrilo salió del agua.
Te quiero hijo. Por siempre.