Hola cariño, soy papá
Hoy te cuento una historia que puede que te ayude a tener otra perspectiva…
Un joven monje le preguntó a su maestro, “maestro, ¿cuál es el valor en mi vida?”
El maestro le comentó:
Ve al jardín, coge 1 piedra y llévatela al mercado. No hables. Si alguien pregunta por el precio, solo muestra 2 dedos. Escucha y no la vendas, tráela de vuelta.
Al día siguiente fue al mercado, una mujer se interesó por la piedra y le preguntó… ¿cuánto vale?
A lo que el joven monje, sin decir nada, mostró 2 dedos.
La mujer dijo ¿2 euros?
El joven negó con la cabeza.
La mujer dijo, bueno, te podría dar 20 euros
El joven se asombró pero no dijo nada, cogió la piedra y volvió al templo.
Al llegar al templo le dijo entusiasmado a su maestro:
“¡Maestro! ¡Me han ofrecido hasta 20 euros por la piedra!
El maestro sonrió y le dijo:
“Mañana llévala al museo y haz lo mismo”
Al día siguiente el joven monje la llevó al museo.
Se reunieron en torno a él algunos expertos y le preguntaban
¿Es de tu monasterio? ¿Es de tu maestro? ¿de dónde es?
Pero el monje no decía nada.
Uno de los expertos dijo:
¿Por cuánto la vendes?
El joven monje mostró 2 dedos
A lo que el experto contestó:
“ Te ofrezco 200 euros por ella”
El monje se sorprendió muchísimo… ¡200 euros por una piedra!… pero no dijo nada.
La cogió y volvió al templo.
¡Maestro, maestro! Me han ofrecido 200 por la piedra, ¡no me lo puedo creer!
El maestro solo dijo..
Llévala mañana a una tiena de antigüedades
Al día siguiente, el joven monje la llevó a la tienda de antigüedades.
Se reunieron varios curiosos, expertos y clientes en torno a él
Y le preguntaban constantemente
¿es de tu templo?¿de qué dinastía?¿perteneció a alguien?
El joven monje no decía nada, hasta que uno preguntó ¿cuánto vale?
El joven monje mostró 2 dedos
Y uno de ellos dijo:
“ te ofrezco 2000 por ella”
El joven monje recogió la piedra y volvió contento al templo pensando en todas las piedras que tenían allí y lo que valían.
El maestro le dijo, mira… tu vida es como esta piedra.
Si estás en el mercado, valdrás 20
Si estás en el museo, 200
Y si estás en la tienda de antigüedades 2000
Diferentes sitios, diferentes situaciones traerán diferente valor a tu vida.
Recuerda que tu valor no es un valor fijo y dependerá de dónde estés y de las decisiones que tomes.
A veces, estarás en lugares o con personas donde te sentirás que tienes muy poco valor.
Toma perspectiva y pregúntate
¿Quiero estar aquí?
¿quiero estar con esta gente?
O estoy aquí por mis dudas y mis miedos
No puedes esperar que la gente vea tu valor si antes tú no te lo reconoces.
Pregúntate dónde estás ahora y dónde quieres estar
¿Estás dando pasos en esa dirección o estás parado por el miedo y la incertidumbre?
Nunca, nunca es tarde para cambiar y perseguir aquello que quieres
Solo cuando crees en ti y sigues tu corazón el mundo te sonreirá de vuelta.
Tu vida es un don precioso, y tu valor no lo determina lo que piensen los demás, sino por tus acciones y tus elecciones.
Hasta aquí llega esta historia zen, muy inspiradora.
Pero yo te quiero comentar otra cosa
Y esa es el valor del silencio
Guarda silencio y escucha
La gente se suele sentir incómoda por los silencios
Y tenderán a rellenarlos
Y esa información es muy valiosa
Te quiero hijo. Por siempre.