Hola cariño, soy papá
Hoy te voy a contar una historia muy simple y sencilla que puede que te ayude cuando te enfrentes al cambio.
Imagina por un momento que se están acabando las vacaciones de verano en la playa. Te lo has pasado genial, has hecho un gran amigo y ahora estás triste porque toca despedirse.
Quiero que te agaches y cojas un puñado de arena con cada mano.
La mano izquierda la vas a mantener abierta, sin hacer nada.
La mano derecha la vas a apretar todo lo que puedas.
Al cabo de un rato, en la mano izquierda seguirás teniendo arena, en la derecha no.
Pues esto tan simple lo puedes aplicar a todos los cambios que te sucedan.
Cuanto más te aferres.
Más aprietes.
Más te resistas a que la arena no se vaya
Más arena se irá
Cuanto más libre lo dejes
Menos te resistas.
Más te quedará
Te quiero hijo. Por siempre.