El texto dentro de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse
No sanamos por saber mucho, sino por sentirnos vistos. Una palabra sincera, una mirada sin juicio, un abrazo a tiempo… pueden más que cualquier teoría. Porque al final, hijo, el corazón no necesita que lo arreglen, necesita que lo escuchen. Te quiero hijo. Por siempre.