Ladran, luego cabalgamos

Hola cariño, soy papá

Ladran, luego cabalgamos.

No sé de dónde sale, pero es algo que tienes que tener en cuenta.

Si no te ladran, algo no estás haciendo.

Estás yendo de puntillas.

Estás cediendo mucho.

Y es que es así, al menos en España, que nos encanta aplastar cabezas en cuanto asoma una.

Y es que, todo el que hace algo que merece la pena, le van a llover críticas.

Da igual lo que hagas.

Como si acabas con el hambre en el mundo. No te preocupes. Que encontrarán la forma.

Así que no te preocupes cuando te ladran, sino cuando no te ladran.

Te quiero hijo. Por siempre.

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