Hola cariño, soy papá
Un samurai y su aprendiz volvían a casa después de un encargo de su señor.
Estaba a punto de anochecer y el samurai le dijo a su aprendiz que buscase un lugar para pasar la noche.
Lo único que encontró fue una casa medio derruida en medio del bosque.
Se sorprendieron al ver que ahí vivía una familia al completo, en un estado lamentable.
Los acogieron y les dieron un trozo de pan y algo de leche para cenar.
El samurai les preguntó que cómo sobrevivían allí, a lo que le contestaron que tenían una vieja vaca.
Pasaron allí la noche y, al día siguiente, antes de irse, el samurai le dijo a su aprendiz que matase la vaca.
El aprendiz no quiso desobedecer a su maestro y lo hizo, aunque muy a disgusto.
Pasó un año y, casualmente, volvieron a viajar por ese mismo camino.
El aprendiz sentía curiosidad y lástima por la pobre familia y se acercó para ver cómo estaban.
Se sorprendió al ver una casa reconstruída con una gran granja.
Les saludó y preguntó qué había pasado.
Le dijeron que, el mismo día que los tuvieron de visita, alguien había matado a su vaca.
Privados de ella, comenzaron a arreglar el huerto, a sembrar y a cazar.
Pronto pusieron todo en marcha
La vaca simboliza todo aquello que nos mantiene atados a la mediocridad.
¿Cuáles son tus excusas? ¿qué estás eludiendo? ¿qué estás usando para justificar tu posición acomodada?
¿Cuál es tu vaca hijo?
Te quiero hijo. Por siempre.