El texto dentro de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse
El otro día empezó a llover justo cuando había salido sin paraguas. A mi alrededor, la gente corría buscando refugio. Yo me quedé quieto un momento, miré al cielo y pensé: “ya estoy mojado, ¿qué más da?” Y seguí caminando. En la vida, muchas veces vas a tener tormentas que no puedes evitar. No puedes elegir el clima, pero sí puedes elegir tu actitud mientras llueve. La resiliencia no es no mojarse, es aprender a disfrutar del paseo aunque el cielo se caiga. Te quiero hijo. Por siempre.