El texto dentro de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse
El dolor no siempre es un enemigo. A veces, es el recordatorio de que estás vivo, de que algo está cambiando. Evitarlo a toda costa es como querer crecer sin estirarte. El dolor enseña, purifica, y abre espacio para lo nuevo. No lo busques, pero cuando llegue, no huyas. Escúchalo. Te está diciendo algo importante. Te quiero hijo. Por siempre.