¿Alguna vez te has mirado al espejo y has sentido que no eres suficiente? Yo solía hacerlo cada mañana. Es como si tuviéramos un crítico interno con un megáfono, ¿verdad? Te entiendo perfectamente. Hace dos años, mi autoestima estaba por los suelos. Hoy quiero compartir contigo cómo logré cambiar eso, paso a paso.
1. Enfrenta a tu crítico interno (¡y ponlo en su lugar!)
Mi crítico interno era un experto en señalar cada pequeño error. Un día, decidí darle nombre – le llamé Pepe. Suena tonto, pero hacerlo me ayudó a distanciarme de esos pensamientos negativos. Aquí te comparto cómo manejarlo:
- Identifica las mentiras: Cuando Pepe dice «Eres un desastre», pregúntate: ¿Le diría esto a mi mejor amigo?
- Busca evidencia: La última vez que pensé que había arruinado una presentación en el trabajo, mi jefe me felicitó. ¡Toma esa, Pepe!
- Reescribe el guión: En lugar de «Soy malísimo en esto», prueba con «Estoy aprendiendo y mejorando cada día»
💡 Truco personal: Tengo una nota en mi móvil llamada «Archivo anti-Pepe» donde guardo capturas de pantalla de mensajes bonitos, logros y momentos felices. ¡Es mi kryptonita contra los días malos!
2. Cuida tu cuerpo (sin volverte loco)
Mira, no te voy a decir que te apuntes al gym mañana mismo o que te hagas vegano. Pero he descubierto que cuando cuido mi cuerpo, mi mente también mejora:
- Empieza pequeño:
- 5 minutos de estiramientos al despertar
- Beber un vaso de agua antes del café
- Dar un paseo corto después de comer
- Encuentra lo que te funciona:
Probé yoga y lo odiaba, ¡me sentía como un pretzel torpe! Pero descubrí que bailar en mi habitación me hace sentir genial. No hay reglas, solo encuentra tu movimiento feliz.
3. Rodéate de gente que te haga brillar
Esto fue difícil. Tuve que hacer una «limpieza de amistades»:
- Las personas que drenan tu energía:
- Los que siempre tienen un «pero» para tus logros
- Los que solo aparecen cuando necesitan algo
- Los que te hacen sentir que tienes que «ganar» su aprobación
Mi historia vergonzosa: Tenía una «amiga» que siempre me presentaba como «esta es María, la que nunca ha tenido novio». Un día, finalmente le dije: «Y esta es Ana, la que necesita hacer sentir mal a otros para sentirse mejor». ¡Nos dejamos de hablar y mi autoestima mejoró un 50%!
4. Establece límites (sin sentirte culpable)
Decir «no» era mi kryptonita. Terminaba en eventos que odiaba, haciendo favores que me agotaban. Aprende de mi error:
- Comienza con «no» pequeños:
- «No puedo quedarme horas extra hoy»
- «No me apetece salir, prefiero descansar»
- «No puedo prestarte dinero esta vez»
- Usa el método sándwich:
- Agradecimiento
- Tu «no»
- Una alternativa
Ejemplo real: «Gracias por invitarme a tu fiesta (pan). No podré ir este sábado (relleno). ¡Pero me encantaría quedar para un café la próxima semana! (pan)»
5. Celebra tus pequeñas victorias
Dejé de esperar a conseguir grandes logros para sentirme orgullosa. Ahora celebro:
- Hacer la cama (¡incluso si es a las 6 de la tarde!)
- Cocinar algo nuevo (aunque sea comestible solo para valientes)
- Llamar al médico yo solita (¡adulting nivel pro!)
Mi sistema de recompensas: Tengo un frasco donde meto un pompón de colores por cada pequeña victoria. Al final del mes, cuento mis pompones y me doy un premio. ¡Mi récord es 67 pompones en un mes!
6. Aprende algo nuevo (y ríete en el proceso)
Nada mejora la autoestima como darte cuenta de que puedes aprender y crecer:
- Empieza con algo que te dé miedo:
Yo empecé a tomar clases de cerámica. Mi primer intento parecía el proyecto de arte de un niño de 3 años, ¡pero era MÍO! - Documenta tu progreso:
Guarda fotos o notas de cuando empiezas. Es increíble ver la diferencia después de un tiempo.
Conclusión: Tu Viaje Apenas Comienza
Mejorar la autoestima es como cultivar una planta: lleva tiempo, necesita cuidado constante y a veces parece que no está pasando nada… hasta que un día ves los brotes.
Mi consejo final: Empieza con una cosa hoy. Solo una. Tal vez es escribir algo bueno sobre ti, o decir «no» a algo que realmente no quieres hacer, o unirte a esa clase que te da miedo.
Y recuerda, tus imperfecciones te hacen único. Como mi taza de cerámica deforme que uso todos los días – no es perfecta, ¡pero tiene personalidad!
P.D.: Si este artículo te ayudó, déjame un comentario contándome qué pequeña acción vas a tomar hoy para mejorar tu autoestima. ¡Estamos juntos en esto!
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