Hola cariño, soy papá
En un oasis, en medio de un desierto vivía un viejo pastor.
Estaba él descansando cuando vió que llegaba un joven.
El joven, tras descansar un poco, le preguntó.
Vengo de lejos, ¿qué tipo de personas viven por aquí cerca?
A lo que el pastor le preguntó:
¿qué tipo de personas eran las del lugar de donde vienes?
Bueno, gentuza, gente muy aprovechada y maleducada, estoy contento de haberlos dejado allí.
El anciano respondió:
Encontrarás aquí al mismo tipo de persona.
Pasaron las horas y llegó otro joven que le hizo la misma pregunta.
El viejo pastor le volvió a preguntar lo mismo a lo que el joven le respondió:
Gente maravillosa, amable y servicial, me ha dolido mucho dejarlos allí.
El anciano respondió:
Encontrarás aquí al mismo tipo de persona.
Al rato, su hijo, que había presenciado ambas conversaciones le preguntó a su padre
¿cómo es que has dado respuestas tan distintas?
A lo que el pastor respondió:
Solo podemos ver lo que llevamos en el corazón.
Si no encuentras nada bueno en los lugares en los que has estado, no podrás encontrarlo en los lugares a los que vayas.
Recuerda, lo que te pase suele estar fuera de tu control.
Pero el cómo te afecta, cómo lo percibes depende siempre de ti
Te quiero hijo. Por siempre.