Una posible definición del valor

Hola cariño, soy papá

Hoy te voy a contar una historia de la antigua Roma.

Había un romano famoso llamado Pastor, cuyo hijo fue enviado a prisión por Calígula por un delito que no había cometido.

Pastor intercedió por su hijo y, por resentimiento y crueldad, Calígula lo ejecutó.

Para torturarlo aún más, Calígula invitó a Pastor esa misma noche a cenar

¿Qué hizo Pastor?

Se presentó, ¿qué más podía hacer?

Fue allí y se negó a mostrar el más mínimo atisbo desufrimiento y de rabia.

Cuando Calígula brindó a su salud él apuró la copa.

Cuando le entregó regalos, él los aceptó.

Imagina por un momento a este hombre, rodeado de risas y gente.

Yo me sentiría el hombre más solo, triste y enfadado del mundo.

Y ¿cómo pudo soportar todo esto?

Porque una cosa es soportar la pérdida de un hijo, pero estar allí.

Aguantando todo esto.

Las risas y las burlas del asesino de tu hijo.

¿Cómo se puede aguantar todo esto?

Pues la respuesta es simple: tenía una familia.

Su aplomo no podía fallar, para no fallar a su familia.

Así que no lo hizo.

Mucha gente piensa que la templanza es mostrarse sereno en situaciones difíciles.

Es aguantar críticas o reprimir algunos de tus impulsos.

A veces es tener la entereza de no hacer lo que más quieres hacer en el mundo.

Cuando solo quieres hundirte.

Derrumbarte.

Sumirte en el miedo.

Maldecir con ira.

Exigir un castigo.

Cuando estás dando rienda suelta a esas pasiones, estás ofreciendo a tus oponentes justo lo que ellos quieres.

O peor aún, estás perjudicando a personas inocentes.

Eres lo suficiente fuerte para soportar lo que sea por las personas que amas.

Eres lo suficiente fuerte para aguantar por la causa con la que te has comprometido.

Sé ejemplo, porque no importa lo que soportes, importa cómo lo soportas.

Te quiero hijo. Por siempre.

Scroll al inicio