cambia muletillas por…

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Hijo, cuando hablamos y no sabemos qué decir, solemos llenarlo con muletillas: “eh…”, “o sea…”, “¿sabes?”
Creemos que así no quedamos mal, que el otro no notará que dudamos.

Pero en realidad, esas muletillas debilitan lo que dices.
Hacen que parezca que no estás seguro, aunque sí lo estés.

El silencio, en cambio, tiene poder.
Un silencio breve no demuestra inseguridad, demuestra control.
Le da espacio a tus palabras para respirar.
Hace que el otro escuche mejor lo importante.

No temas quedarte callado unos segundos.
El silencio puede ser más fuerte que mil “ehs”.
Cambia las muletillas por pausas.
Y verás cómo hasta tu voz suena más firme.

Te quiero hijo. Por siempre.
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