Hola cariño, soy papá
Hoy te cuento una historia curiosa.
Una historia que verás en muchas películas.
Además, verás claramente el desenlace sin necesitar llegar al final.
(Nota: he cambiado el nombre de las ciudades para adaptarlas al mundo moderno)
Un lunes a mediodía, estaba el presidente de una gran empresa comiendo en un restaurante de Cuenca cuando le llamó la atención una figura que acababa de entrar en el restaurante.
La figura iba vestida toda de negro y caminaba despacio.
En un momento dado sus miradas se cruzaron.
La figura lo miró y se sorprendió al verlo y él SUPO DE INMEDIATO que se trataba de la muerte.
Rápidamente cogió las llaves de su coche y salió por la otra salida del restaurante.
Llegó a toda velocidad a la estación del tren con la suerte de que justo justo en 5 minutos salía uno para Madrid.
Se subió a él.
Una vez en Madrid cogió un taxi hasta el aeropuerto.
Y se montó en el siguiente avión que salía
A las 8 horas llegó a Moscú, salió del aeropuerto y se fue a descansar a un hotel
Entró en la habitación del hotel y, al encender la luz, ahí estaba la figura.
¿Has venido por mí verdad? – preguntó
Sí, fue la única respuesta
¿Te puedo hacer una pregunta antes? ¿Por qué hoy, al verme, te has sorprendido?
Porque tenía una cita contigo esta noche en Moscú.
Bien.
Mientras la contaba, estoy seguro que se veía venir.
Pero aún así has seguido.
Por saber, por acabar.
Así que ten en cuenta esto, que si la historia es buena, entretiene, aunque te sepas el final.
Y esto funciona, fíjate la cantidad de películas y libros que hay.
Y por otro lado, a veces, cuanto más te resistes a algo, más probable es que suceda.
Te quiero hijo. Por siempre.