El texto dentro de este bloque mantendrá su espaciado original al publicarse
No necesitas motivación. Además, no creo que pueda motivarte Necesitas entender tu porqué. La motivación es como una chispa. Te prende rápido… y se apaga igual de rápido. Y si te acostumbras a depender de ella, vivirás a saltos: hoy con energía, mañana sin sentido. Lo que de verdad te mantiene en marcha no es un subidón. Es saber por qué haces lo que haces. Aunque nadie te aplauda. Aunque sea duro. Aunque te cueste. El día que entiendes tu propósito, ese día dejas de buscar motivación. Porque ya no necesitas empujones. Tienes dirección. Y cuando tienes dirección… te cansas, pero no te rindes. Tropiezas, pero sigues. Así que no busques cómo motivarte. Busca por qué levantarte. Te quiero hijo. Por siempre.