Hola cariño, soy papá
El otro día estaba tranquilamente mirando al cielo.
Había una nube blanca y esponjosa.
Solo había una.
Y, a los 3 segundos de observarla se convirtió en un conejo.
Yo ya no veía una nube.
Es decir.
La nube seguía ahí.
Pero para mí tenía la forma de conejo.
Y esto mismo, que parece una tontería, es lo que hago contínuamente con toda la gente que me cruzo.
Gente compleja.
Complejísima por dentro.
Y voy yo y le pongo una etiqueta.
Gracioso.
Vago.
Torpe.
Trabajador.
Reduzco a la gente a una etiqueta.
O un par.
Y encima se la suelo poner de por vida.
Como si el que un día me pareció gracioso fuese a serlo durante 50 años más.
Lo que te quiero explicar es que tengas cuidado cuando pongas etiquetas.
Que están bien, ojo.
Pero ten en cuenta que son eso, cosas que tú ves.
La nube, es una nube.
Pero yo veo el conejo
Te quiero hijo. Por siempre.