Hola cariño, soy papá
Hace mucho tiempo, vivía un rey paranoico sobre su futuro. Día tras día se levantaba pensando que algo terrible le iba a pasar.
Así que reunió a todos los sabios de su corte y les pidió que le creasen algo por si pasaba.
Uno de ellos le dijo:
“Majestad, tengo justo lo que necesitáis, está en esta cajita, os la entregaré solo si la usais llegado el momento”
El rey aceptó.
Unos meses más tarde un reino vecino atacó por sorpresa y el rey tuvo que exiliarse.
Durante su huída, en su momento más bajo, temiendo por su vida y viendo todo su reino perdido se acordó de la cajita, la abrió y encontró un anillo con una inscripción:
“Esto también pasará”
Era justo lo que necesitaba oir, se tranquilizó y empezó a pensar con claridad.
A las pocas semanas, junto al resto de su ejército y señores pudo reconquistar su trono.
Una vez en él llamó al sabio de vuelta para agradecerle el consejo.
El sabio llegó y, al verlo rodeado de todo su esplendor y disfrutando como nadie de la reconquista le pidió que lo volviese a leer.
“Esto también pasará”
Bueno.
De aquí se pueden sacar, al menos 3 cosas.
La primera es que, por muy mal que estén las cosas, pues, al final, acabarán pasando, al igual que cuando estén muy bien. Cuanto más te aferres a algo, más lo desees, más duro será cuando lo pierdas.
La segunda es que lo que proyectas es lo que sucede. Si te obsesionas con algo, al final pues acabará pasando, tanto para bien como para mal.
Y la tercera es desde el punto de vista del sabio. Te será muy útil aprender a distinguir entre lo que la gente dice, lo que la gente quiere y lo que la gente necesita.
Escucha lo que dicen, haz preguntas para ver qué quiere, ofréceselo y entrega lo que necesitan.
Te quiero hijo. Por siempre.